Es una disciplina propia del Derecho Civil. Sin embargo concebimos la problemática familiar como un proceso muy delicado. Este tipo de conflictos desencadenan muchos y profundos sentimientos que afectan a todo el entorno familiar, y especialmente a los hijos, cuya importancia debe presidir cualquier solución.
Para nosotros un divorcio no es un procedimiento legal. Es una ruptura sentimental, y supone una transformación estructural en la vida de las personas implicadas, y según se conduzca en todos sus aspectos (emocional, personal, familiar, económico, etc.) será vivido como un drama o como una nueva etapa de la vida que no por ello ha de ser necesariamente infeliz.
Para aplicar un tratamiento integral a este tipo de situaciones contamos con mediadores, psicólogos y juristas. Solo así podremos dar respuesta a su complejidad, y procurar en la medida de lo posible soluciones sólidas y respetuosas.
Así pues, intervenimos en divorcios, custodias de menores, procesos de incapacitación, herencias y patrimonios familiares y todos aquellos asuntos relacionados.